martes

Aprender de los hijos

Hay un fragmento del libro "Querer a todos por igual" de Nancy Samalin en el que se refleja cuánto debemos aprender de nuestros hijos-as.

"Como padres, consideramos que nuestro trabajo consiste sobre todo en la enseñanza y dirección de los niños. Somos adultos y ya no habitamos su mundo de juego e imaginación. Nuestras vidas están ocupadas con asuntos más serios, como servir la comida en la mesa, hacer que se laven los dientes, repasar los deberes, lavar la ropa y asegurarnos de que nadie se saca un ojo, cuando volvemos la espalda.
Por el contrario, el principal objetivo de los niños es divertirse y ello significa con frecuencia hacer justo lo contrario de los que nosotros deseamos que hagan. Es divertido perder el tiempo y soñar en lugar de vestirse rápidamente. Es divertido detenerse a mirar cómo una araña se pasea por el bordillo en lugar de apretar el paso para no perder el semáforo en verde. Es divertido hacer una montaña con la comida en el plato e imaginar que es un volcán que saca salsa por el cráter. Es divertido estar levantados hasta más tarde de la hora prescrita para ir a dormir. Es divertido meterse en todos los charcos de la calle. Es divertido soplar por un pajita para hacer burbujas con la leche o el zumo en lugar de be3ber a sorbos educadamente. Es divertido jugar tres horas seguidas al Monopoly y luego tener ganas de seguir con el juego. Los niños tienen una paciencia infinita para las diversiones. Nosotros los adultos, solemos desear que el trabajo sea hecho lo más pronto posible."