Esta carta apareció en el diario El País el 23.01.2010 enviada por Ana ANA CORONADO. La verdad que da para pensar mucho y plantearse el uso de la TV.
Si la Academia de Pediatría de Estados Unidos recomienda que los niños menores de dos años no vean televisión en absoluto, James Flynn, de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, afirma que el coeficiente intelectual de los adolescentes británicos es menor que hace 30 años gracias a los videojuegos, la televisión e Internet, y añade que la comunicación basada en e-mail y mensajes de texto produce una reducción temporal de la capacidad intelectual.
También Norberto González, decano de comunicación de la Universidad de la Santa Cruz, en Roma, alega que los contenidos violentos de la televisión promueven violencia real. Al respecto, citó los 17 homicidios que entre 1993 y 1994 provocó la película Asesinos natos, de Oliver Stone.
Basándose en las horas diarias, siempre excesivas, que nuestros niños pasan frente al televisor, concluye que este electrodoméstico ha multiplicado el desorden de déficit de atención, desde los 150.000 casos de menores diagnosticados en 1970, hasta los seis millones en 2000. ¿Nuevas tecnologías? Sí, pero controladas.
Si la Academia de Pediatría de Estados Unidos recomienda que los niños menores de dos años no vean televisión en absoluto, James Flynn, de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, afirma que el coeficiente intelectual de los adolescentes británicos es menor que hace 30 años gracias a los videojuegos, la televisión e Internet, y añade que la comunicación basada en e-mail y mensajes de texto produce una reducción temporal de la capacidad intelectual.
También Norberto González, decano de comunicación de la Universidad de la Santa Cruz, en Roma, alega que los contenidos violentos de la televisión promueven violencia real. Al respecto, citó los 17 homicidios que entre 1993 y 1994 provocó la película Asesinos natos, de Oliver Stone.
Basándose en las horas diarias, siempre excesivas, que nuestros niños pasan frente al televisor, concluye que este electrodoméstico ha multiplicado el desorden de déficit de atención, desde los 150.000 casos de menores diagnosticados en 1970, hasta los seis millones en 2000. ¿Nuevas tecnologías? Sí, pero controladas.
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